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Ensambles

OBJETOS

Estas figuras y objetos nacen de desechos que encuentro. Los utilizo como materia prima, dándoles nueva vida y otorgándoles un significado renovado. No es algo novedoso en el ámbito artístico, en el siglo XX notables exponentes en Occidente inauguraron esta práctica dentro del arte. La selección de estos descartes y lo que hago con ellos desafía mi mirada y mi mente. Y el modo en que los presente influirá en cómo se revela su esencia, mostrándonos su potencial oculto y permitiéndonos ver más allá de lo visible. Con este gesto, mi intención es invitarnos a reflexionar sobre el funcionamiento de nuestra mente, exponiendo, a través de un ejemplo tangible, cómo los conceptos que hemos internalizado condicionan nuestra comprensión de la realidad. Esta creación nos sugiere que lo que percibimos puede ser más de lo que inicialmente creemos: un objeto que tiene valor por su utilidad puede desprenderse de su función original, y lo que consideramos basura puede adquirir un nuevo significado como obra de arte. Todo depende de nuestra capacidad para desapegarnos de los conceptos preestablecidos y permitir que las cosas expresen su verdad desde otra perspectiva. Este proceso implica una ampliación de nuestra mirada, descubriendo la belleza y apreciando conscientemente la verdad inherente en cada forma material, en su tiempo de ser y su constante proceso de transformación. La realidad se nos revela según la manera en que la percibimos, y como cualquier habilidad, debe ejercitarse. Ver con ojos renovados algo que consideramos desecho es una oportunidad para cuestionar nuestros conceptos y expandir nuestra percepción. Todo es más de lo que nuestros juicios limitan. Nuestro desafío es acceder a una mente que no discrimina, una que nos permita encontrar belleza donde otros ven inutilidad y redefinir los parámetros de lo útil. "Estamos llenos de cosmos y vacíos de entidad permanente y separada" (TNH). Recientemente, una nueva mirada sobre la materia me iluminó. Es una de las contemplaciones propuestas por Thich Nhat Hanh en el "Sutra del Diamante", sobre la relación entre los seres vivos y la materia inerte. Una de las monjas observó (en mis palabras): "Todos los objetos, hace miles de años, fueron lluvia, bosques... y hoy, los átomos de una impresora son algo que no está en su mejor versión, sin opción de ser de otra manera. Ver la materia a la luz del interser nos llena de reverencia y gratitud, transformando nuestra actitud destructiva y consumista. Incluso las cosas que consideramos 'tóxicas' o 'feas' (como el asfalto o los ladrillos) también vienen de lo profundo de la tierra". Estas reflexiones, nutridas por otras artes y conceptos japoneses donde la actitud resignifica la materia, me condujeron al proyecto: Aroma a Kintsugi.

 © 2025 - Silvina Faga

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