Durmiente surge de la búsqueda de una expresión integral, donde la fotografía trascienda el simple registro de un arreglo floral. En el acto de crear cada arreglo, mi percepción del tiempo cambia: se disuelve, y con él, mi propia presencia. Un estado meditativo, casi sagrado, emerge, donde las decisiones fluyen, guiadas por la esencia misma de lo vegetal. En esa fluidez, el resultado final brota de manera orgánica, como una extensión de ese proceso interior. Con un fondo neutro, soporte rústico y austero, y una iluminación sugestiva, casi dramática, la espacialidad se convierte en textura y contenido a la vez. Exuda una atmósfera en la que el silencio adquiere cuerpo, forma, creando un espacio para la contemplación. Con estas imágenes, intento compartir ese estado de recogimiento activo y transmitir, casi imperceptiblemente, esa memoria sacra que habita en lo cotidiano.